Mila
Balado es una figura importante de la moda española. Vivió los tiempos en que
apenas estaban surgiendo algunos de los nombres más conocidos del Prêt a
Porter. Sus pasos fueron seguidos por numerosas personas y muchos todavía
recuerdan con cariño y admiración sus marcas como A Menos Cuarto, Mila y Tucho
Balado y MYT.
Myself: Mila, tienes una larga trayectoria, una historia
en medio a muchas revistas, Vogue, Glamour, Elle… pero ¿cuál fue realmente tu
primer contacto con la moda?
Mila: Mi madre era modista y ella hacía mis vestidos…
Comprábamos un metro de tela, por ejemplo, pero cuando llegábamos a casa y le explicaba
que quería un volante que saliera por debajo, unas invenciones mías, ella me
decía: “pero bueno, es que no hay tela para eso”, entonces le contestaba: ¡pues
hemos de inventarnos algo! Empezábamos a hacer costuras con retales, con lo que
había por allí y al final salía lo que yo quería…Y mis amigas me copiaban sin
saber que aquello era fruto de la escasez.
Mi relación con la moda siempre fue de rebeldía, de decir: “no encuentro nada que me guste, nadie me entiende”… Fue cuando empecé a trabajar en Pedrerol y Bofill, ahí había una movida en Barcelona. Yo estaba en la tienda pequeñita de la calle Tuset, donde hacía los modelos y los vendía en la tienda. Esa fue mi primera incursión y fue cuando conocí a Tucho, mi marido.
"Y mis amigas me copiaban
sin saber que aquello era fruto de la escasez…"
Myself: Ahora es más fácil, haces un modelo y mucha gente
te lo puede fabricar. En aquellos tiempos de inicio ¿encontrabas dificultades
para fabricar las ideas que tenías?
Mila: No. Montamos una fábrica nosotros. (risas) La verdad es
había una base de textil en Cataluña muy importante y venía gente de toda
España a comprar aquí. Nos establecimos por cuenta propia, fuimos empresarios
de nuestras ideas. El público nos daba una respuesta inmediata, no había esta
uniformidad como ahora… Ahora, en el fondo, toda la gente quiere ir igual.
Entonces lo que había era la singularidad, lo que se potenciaba era ser
diferente.
"… fuimos empresarios de
nuestras ideas…lo que se potenciaba era ser diferente."
Myself: ¿Cómo idealizabas una colección y qué sentías
cuando la veías desfilar?
Mila: Pues mira, nosotros empezábamos hablando mucho. La música
siempre ha sido un factor importante. Hablábamos de lo que estaba sonando en
aquél momento, de las películas que gustaban, de los acontecimientos…. Había
una sintonía entre el mundo del espectáculo y de la moda. ¡Y si no había,
nosotros la veíamos! (risas) Las colecciones las soñaba, ¡imagínate! Hay tantos
factores, tantos, que la gente no es consciente de todo lo que ocurre…
"Las colecciones las
soñaba, ¡imagínate!"
Myself: Los 60 fueron realmente años de nacimiento de una
generación con muchas ganas de comerse el mundo. ¡Ojala tuviera algunos de
estos diseños! Para ti, ¿Cuál era la deferencia básica de la moda en el mundo y
la española? En partes porque el país vivía una dictadura. Es que entrando en
los 70 la mujer se liberó muchísimo, quemando los sujetadores en señal de
protesta. También estaban los punks…
Mila: Yo me iba fuera y me encantaban muchas cosas que veía… Me
acuerdo de las primeras colecciones de Gaultier, las combinaciones de tela, ¡se
atrevía con todo! pero me pasaba una cosa curiosa… es que la gente me
preguntaba qué era lo que yo llevaba. Y iba de cosas nuestras de arriba abajo…
Myself: ¿Te sentías limitada en España?
Mila: Ah no, jamás. Porque siempre ha habido cuatro locos que se
ponían nuestras creaciones y yo iba junto al inconsciente colectivo de la
época. Aquí ya estaban los que hacían todo lo clásico. Nosotros creábamos para
el mundo, en esta época éramos internacionales… En seguida exportamos… Me
acuerdo de una anécdota muy divertida de cuando fuimos a Nueva York a desfilar
en el Hotel Pierre y la mafia se quedó con toda la colección. Estaban todos en
un restaurante, los mafiosos llenos de guarda espaldas y había un catalán súper
nervioso diciendo: “¡yo me llevo la colección!” y una otra chica quejándose:
“Sí, esto no puede ser, porque tenemos que llevarnos todo, porque el
escandallo...” y no sé qué y no sé cuantos, entonces el mafioso se cogió el
plato de espaguetis, lo levantó y lo dejó caer haciendo un ruido tremendo.
¡Cataplán! Y esa era la señal que o se callaba o… Fue cuando Tucho dijo:
“Hombre, quedáosla, ¡faltaría más!”
(risas)
Myself: Es cierto que el mundo se revolucionó con la
llegada de los 80, , la era del Pop, de Michael Jackson, el charol de las
prendas, la lycra, las chaquetas con hombreras, era todo exagerado, ay y los
peinados…
Mila:¡Y las cremalleras! De repente eran gordas y se veían con
mucho protagonismo. Lo que pasó fue que cada vez tenía más armas para hacer lo
que quería, porque todo esto se materializó en accesorios, en botones,
cremalleras, puntillas, pasamanerías, flores, ¿Sabes? Y nada se hacía en China.
Myself: En los 90 todo cambia otra vez, llegasteis a una
época de puro minimalista…
Mila: Creo que eso pasó a muchísimos diseñadores y fue debido a
esa vuelta y vuelta de lo mismo, todo comenzó a repetirse. Empezamos a buscar
la sobriedad. El negro total look. Claro, hay que reconocer que vinieron los
japoneses, las prendas desestructuradas y las superposiciones. Esto era como
enseñar las entrañas de la costura, para llegar a la esencia. Margiela fue el
principio de este movimiento, fue una casa que supo cómo responder a lo que
estaba ocurriendo de una manera muy elegante.
"Empezamos a buscar la
sobriedad...Esto era como enseñar las entrañas de la costura, para llegar a la
esencia."
Myself: Me encanta, creo que siguen haciéndolo. Hoy te
dedicas la mayor parte del tiempo a tu familia, a vuestro Showroom de moda en
Barcelona y colaboras con una conocida empresa para descubrir nuevos talentos. ¿Qué
consejos darías a un diseñador que está empezando ahora su carrera?
Mila: Mira, el consejo que daría a un joven diseñador es que
sea muy honesto consigo mismo y que se pregunte se tiene realmente algo que
dar, que aportar, sino va a dedicar una carrera hacía la nada. Tener algo
diferente que mostrar es muy difícil en este momento.
"El consejo que daría a
un joven diseñador es que sea muy honesto consigo mismo y que se pregunte se
tiene realmente algo que dar, que aportar, sino va a dedicar una carrera hacía
la nada."
Myself: Sí Mila, en la moda hacen falta talentos de verdad!
Mila y Tucho Balado con las modelos del desfile
Con
todo su encanto, se levantó y se despidió de mí. Agradecí la entrevista y dejó
la sala como entró en ella, con el mismo silencio y elegancia de un pañuelo de
seda volando por el aire… Allí me quedé yo, mirando por la ventana en una
bonita tarde de primavera, soñando con cualquier cosa, pensando en toda la
inspiración que me había entrado de golpe.
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